miércoles, 16 de abril de 2008

"Magia del Silencio"



MAGIA DEL SILENCIO

El silencio es una condición necesaria al trabajo metafísico, para evitar cualquier peligro se torna necesario conocer sus reglas, de modo que se obtenga solamente aquello que es benéfico. Las reglas son tan simples que será imposible errar.

El objetivo al entrar en silencio es el de ponerse en contacto con las fuerzas invisibles, sintonizándonos con las mismas. Lo que se puede hacer en el silencio depende del carácter y de la naturaleza de las fuerzas invisibles con que nos comuniquemos. Durante el silencio podemos ponernos en contacto con fuerzas constructivas, creadoras y con fuerzas destructivas. Es por eso necesario conocer y saber el método de trabajo que debemos observar durante el silencio. Evitaremos así, daño a nuestros semejantes y a nosotros mismos, pues mucho daño se hace diariamente en forma inconsciente, porque se ignoran las reglas y la naturaleza del Silencio, de la Meditación y de la Oración.

PREPARACION

La preparación es indispensable para llevar a feliz término y con precisión cualquier obra que emprendamos. Si construimos un edificio planeamos todos sus detalles, reunimos los diversos materiales para que estén a mano y después contratamos y distribuimos las diversas tareas entre los operarios. Una vez realizados esos arreglos, con estudio y cuidado, estamos seguros de que la obra quedará completa y perfecta a su debido tiempo, pues todo había sido previsto y proveído de antemano y el éxito se deberá a la preparación. Si para una obra externa, material, nos preparamos con tantos detalles, con mucho mayor razón nos deberemos preparar para una obra interna, espiritual, como es la de entrar y de trabajar en el silencio, porque el silencio es el laboratorio del alma, donde todos trabajan diariamente a ciegas y donde de ahora en adelante trabajaremos conscientemente y, por consiguiente, en forma creadora.

PRIMERA REGLA - ¿Para qué entramos en silencio? Nuestra primera preparación será determinar y fijar en nuestra mente el objetivo al entrar en silencio, como para pedir sabiduría, salud, etc., etc.

SEGUNDA REGLA - Afirmar en nuestra mente y determinar que no penetre ni se hagan efectivas otras influencias o pensamientos diversos de aquellos que corresponden al objetivo o propósito que nos llevó a entrar en silencio, según la primera regla.

TERCERA REGLA - Esta tercera regla de preparación se refiere a las condiciones del cuerpo físico y la ampliaremos oportunamente, pues detallaremos más cada una de estas reglas, comenzando con la primera.

PRIMERA REGLA - Entrar en Silencio no es cosa nueva. Ha sido practicado desde que el hombre existió. No es un descubrimiento reciente ni para uso exclusivo de esta o aquella persona como pretende la religión o Iglesia de la Ciencia Cristiana, textos de psicología y otras religiones. Lo que acontece es que este estado no siempre fue denominado "Silencio" y su práctica no siempre fue comprendida y mucho menos aplicada científicamente.

Los Maestros y Sabios de Oriente pasan largas horas en Meditación y comunicación con el Espíritu Universal con el objeto de desenvolverse internamente. En todas las religiones la Oración es factor importante. Oración, Meditación y Silencio dependen de la evolución individual y de la comprensión por parte del individuo del Principio Universal (Dios) y conforme el deseo y la voluntad del individuo de entrar en armonía con aquel principio.

Muchos son los que creen en un Poder, en un Ser, al que llaman Dios, y en que si El quisiera podría darles lo que desearan. Para eso hacen uso de la Oración con el propósito de suplicar a ese Ser, para ver si así lo inducen a cumplir sus deseos. Muchos creen que si Dios no quiere cumplir sus deseos es porque El así lo dispone, y, por lo tanto, sus Oraciones habrán de ser, antes que nada, aprovechadas por El. Por esa razón y con esa idea fija en sus mentes fabricarán cuidadosamente oraciones y rezos de acuerdo con su concepción de Dios, de manera que le satisfagan mejor.

Inventarán para eso métodos distintos. Unos emplean ciertas palabras, otros usan un rosario, otros un tapete sagrado, otros graban imágenes en un poste, etc., no obstante, para todos igualmente, esas prácticas representan un papel importante en sus actos de devoción.

Todos esos métodos dan a entender que debe haber un Poder o ser Supremo fuera del hombre, exterior o retirado del hombre y del Universo, que tiene que ser agradado por la súplica, o cuando menos convencido, y, como es natural, que puede dar o negar lo que se le pide.

No obstante, al concentrar la luz de la razón pura y la verdad sobre esas premisas, verificamos que todo eso es falso. Mas no obstante ser la Oración aplicada en esa forma y sentido anticientíficos, no se puede negar que se han obtenido resultados favorables para el bienestar de la humanidad.

Se concluye pues que si mucho se consigue sobre una base tan falsa y sobre conceptos tan infantiles, mucho más podremos obtener con conocimientos de causa, que procuraremos enseguida.

Nosotros nos movemos, vivimos y tenemos nuestro ser en la Mente Universal y La Mente Universal se mueve dentro de nosotros, como dice San Agustín. No obstante, no es la mente Universal considerada como una persona, aunque, por analogía, tenga su correspondencia como Macrocosmos y Microcosmos, pero como ley de vida, como Principio. De manera que, en lugar de buscar un poder externo para que cumpla nuestros deseos, debemos buscarlo dentro de nosotros, en nuestro propio interior. Por eso, el Cristo decía: “Yo estoy en ti, tú en Mí; Yo en el Padre, y el Padre en Mí”. También: “El reino de los cielos está dentro de ti”. “Y no dirás he aquí o he allí, porque es entre vosotros que está el reino de Dios”. Por lo tanto, si queremos visitar el reino de los cielos o comunicarnos con el Padre, debemos ver y concentrarnos dentro de nosotros mismos, en nuestro interior, en nuestra alma.

Jesús también nos dice: “Cuando orares, no seas como los hipócritas, porque ellos gustan de orar en la sinagoga y en las esquinas de las calles para ser vistos y oídos por los hombres”. No obstante, no solamente nos enseña que no debemos orar así, sino que también nos da el método que es completamente opuesto y dice: “Mas, tú, cuando orares, entra en tu cámara y cerrando tu puerta, ora a tu Padre en secreto y tu Padre, que ve en secreto, te recompensará en público”. Y “al orar no hagas vanas repeticiones como los gentiles” (S. Mateo 6:5).

Eso significa que, para orar, deberás retirarte a un lugar donde no seas perturbado; calmar tu interior y cerrar la puerta de tu mente para no permitir que tus pensamientos se dispersen por el universo, sólo calmando tu mente y reposando tu cuerpo podrás concentrarte dentro de tu ser, dentro de tu alma. Metafísicamente hablando, quiere decir que entres en Silencio (Oración, Meditación) y que cierres las puertas al mundo externo.

Una vez entrado en Silencio, ¿qué buscas?, ¿qué deseas?. ¿Deseas sabiduría?. “Si alguien desea Sabiduría, que la pida a Dios (Mente Universal)”.

¿Y dónde está dios, esa Mente Universal? En nuestro interior, en tu interior. Así todo lo que tienes que hacer es tomar la actitud mental apropiada, la que aspira tus deseos de sabiduría, y simplemente esperar y escuchar, y sentirás que poco a poco, cada día que lo hagas, sentirás internamente el despertar de la Sabiduría. Sin embargo, sabiduría no es intelectualidad. Ser sabio no es solamente saber mucho, sino ser una criatura de corazón. Si buscas salud o prosperidad también la encontrarás, porque de ellas te rodearás. Es natural que debas creer y tener fe, quiero decir, no dudar de los resultados del Silencio, porque debes tener confianza en ti mismo.

Dios es el Supremo Bien, el Bien es Dios. Dios es todo lo que existe, Dios es toda Vida. La vida que tú dices que posees es Vida Divina. Entonces el Divino Bien, la Divina Vida, el Divino Amor, la Divina Ley, la Divina Belleza, la Divina Sustancia, son todas las manifestaciones de una misma y única Esencia-Dios.

Si es salud lo que pides, tú tendrás lo que pides y lo mismo será si pides paz, prosperidad, éxito, lo que quisieres lo encontrarás en tu interior, porque todo eso está en ti potencialmente. Por eso, si entras en tu ser, en tu cámara y pides en ese sagrado y secreto recinto que está en el centro de ti, si lo haces impulsado por un deseo fervoroso y sincero, tal deseo infaliblemente se materializará en tu vida a su debido tiempo. La respuesta la tendrás inmediatamente, sin embargo la manifestación es a veces lenta.

Si deseas una casa bonita y entras en el silencio en ese deseo, es claro que no tendrás la casa cuando termines la práctica, no obstante, si acariciaste ese deseo con el calor de la fe, si lo “sentiste” en tu conciencia, en tu alma, entonces habrás puesto en movimiento la causa, el arquetipo en el mundo invisible, y las circunstancias se presentarán y serán de tal modo favorables que tus deseos se realizarán.

Debes notar lo siguiente: Cuando te hubieres inspirado debidamente con tu deseo, vislumbrarás la fuente Infinita Universal e inmediatamente tomará fuerza en ti un “sentir” o presentimiento que te avisará sin equivocarse cuándo se realizarán tus deseos. Todo es cuestión de conciencia, de sentir, entrar en silencio para mudar tu conciencia, para afinar tu alma y para ajustarla a las leyes universales, y eso te coloca en armonía con tu Padre, con Dios. “Y todo lo que pidieres en Oración, creyendo, lo recibirás”. Y lo recibes porque es tuyo, porque habrás verificado que es tuyo.

Habrás despertado la conciencia de que es tuyo aquello que deseas porque lo “sentiste” en tu alma.

SEGUNDA REGLA – el segundo paso al entrar en Silencio es no permitir que vengan a la mente otros pensamientos que aquellos relacionados con el objeto determinado. Cuando otros pensamientos se presentasen, apártalos. Haz eso todas las veces, llevando tu mente al asunto que te preocupa, y con la práctica, en breve tendrás dominio sobre tu mente, siéndote después fácil fijarla únicamente sobre un único asunto.

TERCERA REGLA – la tercera regla se refiere a la preparación del cuerpo y se la practica del siguiente modo: siéntate cómodamente en un lugar donde no te interrumpan y relaja o afloja todos los músculos. Harás esto todos los días, a la hora que tengas disponible, sea de día o de noche. Como el trabajo que se realiza en el Silencio sale de dentro, se hace necesario cerrar las puertas del cuerpo, y éstas son las manos y los pies. Estas puertas se cierran cruzando los pies y entrelazando las manos. Así tu cámara queda cerrada. Esta es la posición del cuerpo para esta práctica, para recibir de la Mente Universal, a través de nuestro interior. Para recibir del exterior, de los Maestros, la posición es otra, pero la segunda posición deberá tener la supervisión de un alto Iniciado, debido a los sinnúmero de influencias que pueden comunicarse.

Cerramos la puerta al entrar en Silencio, porque es asunto secreto sintonizarnos y ponernos en comunicación con la Mente Divina (Sabiduría Infinita). Una vez sentados cómodamente, cruzamos los pies y entrelazamos o agarramos una mano con la otra, después relajamos todo el cuerpo, manteniendo la cabeza en equilibrio, esto es, no inclinándola a ningún lado. Para efectuar la relajación sígase con la práctica adelante expuesta.

El estudiante notará la repetición de esta práctica en lecciones posteriores y eso le demostrará la importancia de este ejercicio.

La hora para hacerla es cuando se tenga tiempo, y más que todo aún, cuando se sienta deseo de hacerla. Se debe emplear en la misma el mayor tiempo posible. No olvides que antes de entrar en Silencio deberás fijar lo que vas a pedir en oración al final del ejercicio. Fíjalo en tu mente y no lo mudes. Procura pedir u orar por una sola causa cada vez que entres en Silencio. Ahora, inicia la práctica.
PRACTICA DEL SILENCIO

Una vez en la posición indicada ordena a las diversas puertas de tu cuerpo así: cierra los ojos y visualízalos, esto es, ve tus propios ojos mentalmente y cuando los estés viendo, ordénales, repitiendo varias veces mentalmente y sin divagar: relájense mis ojos; después se pasa a la frente y repitiéndose la misma operación, se ordena mentalmente; relájese mi frente. Se prosigue lentamente de igual manera: lo algo de la cabeza, relájese mi cabeza, relájese mi cuello, mis hombros, los brazos, los dedos, los omóplatos, la parte entre los omóplatos, mi pecho, los pulmones, el estómago, el abdomen, la espina dorsal, la pelvis, los muslos, rodillas, piernas, tobillos, los pies relájense. Ahora fija tu mente en tu garganta y ordénale que se relaje.

Respira con naturalidad y cuando el pecho expulse el aire repite mentalmente: yo estoy tranquilo. Repite esto varias veces. Luego en la misma forma, repite: yo siento regocijo. Después coloca la garganta como cuando sonríes y repite suavemente: yo siento alegría. Repítelo hasta que verdaderamente sientas que ella invade todo tu cuerpo y tu ser tenga una sensación de tranquilidad, contento y alegría. En cuanto estuvieres en ese estado repite mentalmente esta VERDAD:

“SOLO HAY UNA MENTE, UNA LEY, UN PRINCIPIO, UNA SUSTANCIA EN EL UNIVERSO, Y YO SOY UNO CON TODO LO QUE EXISTE”.

Después de repetir eso mentalmente varias veces, puedes pedir en oración lo que deseas. Eso también se hace mentalmente y con pocas palabras mentales, procurando desear vehementemente lo que pides hasta sentirlo en tu alma. En esta práctica reside un poder y yo no me cansaré de decirte que la hagas todos los días cuantas veces quieras, hasta que la puedas hacer con toda facilidad. Igualmente no me cansaré de decirte que pienses mucho en la Verdad Metafísica:

“SOLO HAY UNA MENTE, UNA LEY, UN PRINCIPIO, UNA SUSTANCIA EN EL UNIVERSO, Y YO SOY UNO CON TODO LO QUE EXISTE”.



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